martes, 24 de noviembre de 2015

Libro: Modernidad e identidad del yo

La curiosidad científica me ha trasladado esta vez hasta la sociología. Reflexionando sobre lo aprendido hasta el momento en la carrera, recuerdo con especial cariño un libro que decidí leer para la asignatura de sociología y del cual escribí unas conclusiones que me apetece compartir hoy con vosotros. Se trata del libro Modernidad e identidad del yo de Anthony Giddens (1997) de la editorial Peninsula. Ahí van:

La sociología nos invita a reflexionar sobre los aspectos del mundo que nos rodea. Las características de este entorno evolucionan a una velocidad tan acelerada, que muchas veces cambian y ya está. Sin que nos demos cuenta. Pero... ¿Esto ha sido siempre así?

Vamos a centrarnos en la primera palabra que vemos al leer el titulo de la obra de Giddens: Modernidad. El autor entiende este concepto como los modos de vida contemporáneos que surgieron a partir del siglo XVIII, y cuyas consecuencias se expresan en manifestaciones sociales concretas. Cuando hablamos de modos de vida contemporáneos, entendemos que hemos tenido estilos de vida distintos en el pasado, y que estos ya se han visto alterados por el paso del tiempo. Y así sucederá siempre. Pero... ¿Como afectan estos cambios al individuo?

Volvemos a coger el libro y esta vez nos centramos en la siguiente palabra: identidad. Giddens en este caso la entiende como la interpretación que hace el individuo de si mismo, a través de su relación con la sociedad. Por lo tanto, estos cambios que mencionábamos antes, tienen una repercusión directa en la identidad del individuo. La forma de relacionarse, la interpretación de conceptos abstractos o los diferentes estilos de vida, son ejemplos de pautas humanas que se alteran y modifican en función del contexto en el que se encuentran.

Tengo que reconocer que después de la lectura del libro y de profundizar en las dos materias principales, permanece una sensación de vacío dentro de mi, una oquedad que me traslada al hecho de que nunca podré comprender realmente la realidad tal cual es, y es que por mucho que indague e investigue sobre ello, siempre quedarán peros difíciles de contrastar.

Leyendo sobre la modernidad y sus características, me doy cuenta que esta sensación de vacío, es exactamente la que describe Bauman cuando habla de una realidad liquida, moldeable y efímera, que vaga a sus anchas o incluso la que presenta Giddens con su reflexividad, que asegura que no existe una evidencia totalmente verificable siquiera para las ciencias más puras.


Bibliografía


Bauman, Zygmunt. (2006). Vida líquida. Barcelona: Paidós

Giddens, Anthony. (1997). Modernidad e identidad del yo. Barcelona: Península


La famosa empatía

Otra habilidad social con cierta fama dentro de la facultad es la empatía. Se repite numerosas veces desde diferentes asignaturas, y creo que nos ha quedado bastante clarito que es una de las principales competencias que tiene que tener un buen/a educador/a y trabajador/a. La pregunta en el caso de que queramos serlo es: ¿cómo desarrollarla? Antes de nada, así es como la define Luis Moya Albiol en su libro sobre la empatía:

"Ponerse en el lugar de los demás, eso es la empatía. Y hacerlo tanto desde el mundo de las ideas, con lo que pensamos, como desde el de las emociones, es decir, de cómo nos sentimos ante lo que le ocurre a los demás."

La empatía es una tendencia natural, en parte nos viene dado desde el nacimiento. Así, por ejemplo, la interacción social con el bebé es básica para que desarrolle adecuadamente las partes del cerebro que regulan la empatía. La educación en valores, basada en el respeto y en la tolerancia y la solidaridad fomenta ese comportamiento empático. Luis explica que podemos ser más empáticos, siempre y cuando queramos serlo.

¿Cómo mejorar la empatía?

Una pregunta que seguramente nos surge al reflexionar sobre nuestra profesión es cuestionarnos el cómo, ya que la empatía en sí, es simplemente un concepto. Llevarla a la práctica es otra historia.

Según Luis tenemos que estar abiertos a quererlo hacer. El autoconocimiento es fundamental, por lo que la práctica del mindfulness (un tipo de meditación con origen en la tradición budista pero adaptada a la sociedad occidental) supone ya un buen comienzo. Escuchar sin prejuzgar, intentar comprender y tener una actitud tolerante son otros pasos que nos pueden llevar a ser más empáticos.

Lamentablemente explicar el cómo es darle más vueltas al concepto, quizá puede dar pistas, sin embargo el verdadero aprendizaje está en la práctica.

Para acabar voy a concluir con otro texto de Luis Moya Albiol como colofón final:

"Una sociedad empática es más permisiva y tolerante, más respetuosa con los derechos de todos, no establece dogmas o formas de vida más adecuadas que otras, ya que se basa en la aceptación y el respeto siempre que no se haga daño a los demás. Es lo que conocemos por una sociedad más civilizada y es que la empatía es nuestra tendencia natural."


martes, 10 de noviembre de 2015

La asertividad en el conflicto

Inspirado por la clase de habilidades sociales de esta mañana, y por el éxito que parece tener este concepto en nuestra facultad voy a hablar de la asertividad, sin embargo esta vez aplicada en una situación en la que exista un conflicto.

Para empezar, distingamos tres posturas ante un conflicto: la agresiva, la pasiva y la asertiva. La agresividad implicaría no respetar al otro y la pasividad pasaría por no respetarnos a nosotros mismos. En cambio una postura asertiva implicaría respetarnos a nosotros mismos y al otro. Vamos a decir lo que pensamos y vamos a hacerlo de manera educada  y calmada, pero también vamos a entender y respetar a la otra persona, de modo que, independientemente del conflicto o de cómo acabe, nosotros podremos sentirnos bien, sin arrastrar sentimientos de culpa, de inferioridad o de ira.
Otra cosa que cabe dejar clara es que el hecho de que nosotros seamos asertivos no significa que la otra persona vaya a serlo, ni que el conflicto se vaya a resolver por arte de magia.  También me gustaría añadirle algo importante. Si atacamos, la gente se defiende. Y cuando la gente se defiende, independientemente de lo que se esté debatiendo, se pierde la finalidad para centrarse en la defensa. Y eso, además de apartaros de nuestra finalidad, añade un extra de esfuerzo que tendremos que hacer.

Ejemplo de asertividad en el conflicto:

Pongamos un ejemplo práctico. Imaginad que estamos en la cola del supermercado y una persona se nos cuela. Podemos dejarlo pasar y sentirnos mal porque estamos dejando que esa persona se anteponga. Quizá incluso lo podemos sentir como una humillación y por culpa de esto tengamos un rato de cabreo. También podemos gritarle que qué morro tiene, que de qué va y que de eso nada, que estamos antes. Ante ese ataque, esa persona puede que se defienda.
Quizá una respuesta asertiva sería la siguiente:

“Disculpa, no te has dado cuenta pero estaba yo antes. Si no te importa, voy a pasar delante”.

De esta manera mostramos firmeza pero siendo respetuosos con la otra persona. Y al cambiar el “te has colado” por el “no te has dado cuenta” eliminamos la necesidad de defensa por su parte.

martes, 27 de octubre de 2015

Personas que inspiran: Sergi Torres

El propósito de Sergi Torres es invitar a las personas que deciden escucharlo a descubrir que detrás de cualquier emoción, situación o pensamiento existe una paz esencial. Aparte de difundir este mensaje, también escribe y da conferencias en el Teatro Regina de Barcelona y eventualmente cruza el charco para impartir talleres y dar charlas en Sudamérica.

Sergi plantea que no existen técnicas para encontrar la paz interior, simplemente consiste en aceptar lo que sentimos sin tratar de cambiarlo, dándonos cuenta entonces, que nuestra forma de ver el mundo es solo una forma de interpretarlo entre muchas otras y que no es la única verdad.

Cuando tengamos que ayudar a personas en momentos de vulnerabilidad, aparte de necesidades materiales y sociales, también será importante atender este espacio más espiritual y esencial de cada individuo.

Algunas frases de su libro:
  • “Hemos confundido alivio con dejar de sufrir, y en realidad el amor no evita el sufrimiento sino que lo incluye”.
  • “Estamos soltando nuestra idea de estar centrados en el cerebro para lograr centrarnos en el corazón y aprender a sentir a través suyo”
Para acabar os dejo una de sus intervenciones en el Teatro Regina que hace una vez al mes. Personalmente he ido a verlo una vez y recomiendo mucho la experiencia. La temática de sus charlas no está predeterminadas, puede acabar hablando desde el sentido de la vida hasta relaciones de pareja. Disfruten.





martes, 6 de octubre de 2015

Bienvenidos a mi rincón

Tengo que advertiros de dos cosas antes de todo: la primera es que este blog existe porque me han obligado a crearlo y la segunda es que llevaba tiempo queriendo inaugurar uno sin encontrar el momento (o las ganas) de hacerlo.

Os adelanto también que estoy decidiendo la temática del blog a medida que escribo esta presentación, y que la decidiré cada día que publique. En caso contrario estaría renunciando a un sinfín de posibilidades y, pues... quiero quedarme con todas.
Si hay algo que os puedo asegurar es que desconozco por lo que me apasionare o sentiré curiosidad mañana, cosa que creo que me permitirá ser más espontaneo y compartir con vosotros algo que me interese de coraçao.

Hoy me apetece compartir con vosotros este curioso vídeo que nos habla de como los lobos son capaces de cambiar el curso de un río.


El vídeo invita a reflexionar sobre la importancia que tiene cada ser vivo dentro de un ecosistema y de como toda la naturaleza del lugar cambia por el mero hecho de que ahora viven lobos y antes no. No tiene desperdicio, disfrutadlo.